Cambio de fondo

Reforma · Domingo, 2 de Febrero de 2003 · Enfoque

Manuel Frías Alcaraz

México no debe seguir sobreviviendo con dispendiosos planes de emergencia, ya sean políticos, económicos, sociales, o bien de agua, energía, salud, alimentación, seguridad o empleo.

Ciudad de México (2 febrero 2003).-Respecto a la persistente pretensión para concretar la reforma eléctrica, que el gobierno federal promueve desde el sexenio anterior, es importante destacar que, en esencia, la viabilidad de tan controvertida iniciativa, no se debe a la falta de recursos económicos y financieros, sino a la actual política energética.

Resulta oportuno analizar las preguntas siguientes con sus respectivas causas y efectos, para tener una perspectiva mejor:

1 ¿Se tiene identificado de manera clara y precisa el origen que obliga y hace indispensable una reforma constitucional para asegurar el servicio público de energía eléctrica?

- Establecer y concentrar la expansión en plantas de ciclo combinado.

Significa que estas centrales de generación, con una vida útil de alrededor de 20 años, complican en mayor grado el futuro del sector, pues una vez concluida su operación comercial, el gobierno tendrá que asumir su control al dejar de ser un redituable negocio para el inversionista.

Asimismo, involucran una excesiva dependencia y consumo de gas natural importado, donde su precio queda sujeto a la especulación y a las condiciones de los consorcios internacionales de energía; la mayoría ubicadas en zonas con escasez de agua; financiadas por la iniciativa privada mediante el programa oficial Pidiregas -la deuda del sector energético se estima en 72 mil millones de dólares- se traduce en tal situación, que en lugar de contribuir a cubrir la creciente demanda de electricidad se comprometen la estabilidad y el desarrollo económico.

- Deficiente selección de los proyectos de generación por construir, ampliar y modernizar.

Esta actividad resulta prioritaria y determinante para mantener a la industria eléctrica en condiciones óptimas de rentabilidad, producción y funcionamiento y evitar así, su progresiva descapitalización y parálisis. Por ejemplo, el costo final que estima el propio gobierno de la República para el proyecto hidroeléctrico El Cajón, Nayarit -que se caracteriza por serias limitaciones de concepto, planeación y técnicas- es de 2 mil 730 millones de dólares (incluye garantías, intereses y demás prerrogativas a los empresarios para asegurar su construcción). Esta obra representativa de la actual Administración se agregará como otra agobiante carga financiera, que además de repercutir y afectar el progreso del país, deteriorará todavía más la capacidad de respuesta y servicio de la industria eléctrica.

- Políticas de operación deficientes, con sus desequilibrios y alteraciones en la continuidad y calidad del servicio eléctrico.

En estas circunstancias sobresalen varias de las principales centrales de vapor (termoeléctricas, geotérmicas, nuclear) y el importante sistema del río Grijalva ubicado en Chiapas, formado por las centrales hidroeléctricas de La Angostura, Chicoasen, Malpaso y Peñitas con capacidad conjunta de 3 mil 900 megawatts. Implica que después de 25 años de puesto en servicio el proyecto La Angostura, por fin se llenó y se alcanzaron sus niveles máximos al concluir la abundante temporada de lluvias de 1999. Dos años más tarde, para respaldar las suspensiones provocadas por el sobrefuncionamiento de las centrales de vapor, se abatieron sus niveles. Todo motivado por la excesiva extracción de agua del embalse; a tal grado, que ahora esa costosa y equivocada decisión, afecta la confiabilidad del servicio eléctrico en especial durante las horas-pico y es necesario recurrir a planes de emergencia (plantas de ciclo combinado y consumos de gas natural importado) que además de onerosos no resuelven el problema, sólo lo posponen y complican. Por lo que no es ético culpar a la naturaleza de políticas y determinaciones inadecuadas.

2 ¿Porqué se enfatiza que sin esta reforma el desarrollo del país puede detenerse, cuando son los mismos grupos de poder quienes continuarán imponiendo la política energética?

Lo fundamental para recuperar la competitividad de la industria eléctrica se encuentra en cambiar a fondo la actual política que desestima y es incompatible con las fuentes primarias de energía internas. Así, al preferirse y apreciarse los recursos hidroenergéticos propios se construirán y funcionarán modernos, eficientes y bien planificados centros energéticos, integrados por refinerías, centrales termoeléctricas y plantas petroquímicas de la máxima capacidad técnica y económica factibles, a fin de procesar los hidrocarburos en el país y darles el mejor uso y valor agregado, aunado a desarrollar grandes y seguros proyectos hidroeléctricos de multifunciones -abasto de agua, producción de energía, riego, control de inundaciones, navegación, turismo...- con altos índices técnicos, económicos y sociales.

3 ¿Los funcionarios y trabajadores -activos y jubilados- están conscientes de su desempeño anterior y participación actual, así como del pasivo laboral que cada día aumenta?

De la responsabilidad e imparcialidad con lo cual se juzgue y autoanalice el trabajo y contribución de cada directivo y empleado, podrán establecerse y coordinarse acciones, planteamientos y programas que resuelvan en definitiva o bien disminuyan notablemente la apatía, la comodidad y el abuso dentro de las distintas dependencias que forman el sector. Esto demanda firmes compromisos laborales y morales de los trabajadores electricistas, a fin de eliminar incompetencias -tan dañinas como la corrupción- y desburocratizar a los organismos del sector energético con base en principios de productividad y responsabilidad.

México no debe seguir sobreviviendo con dispendiosos planes de emergencia, ya sean políticos, económicos, sociales, o bien de agua, energía, salud, alimentación, seguridad, empleo. El Proyecto Nacional México Tercer Milenio, conceptuado, planificado y elaborado para edificar una nación digna y moderna, además de expandir y reciclar a fondo la economía y el mercado interno, contribuirá a alcanzar el pleno desarrollo.

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